martes, 31 de agosto de 2010

Análisis de la crónica periodísitca

Estimado estudiante

Te invito a analizar y comentar la crónica: Yarumal, el pueblo del alzhéimer de Héctor Abad Faciolince, publicada en al revista Soho.

3 comentarios:

  1. Buen día Facilitador y Compañer@s
    Con preocupación observo la ausencia de sus comentarios. Cuando deseaba ser la última en hacerlo, en razón de la fecha. No obstante, para mi sorpresa, soy la primera.
    Me gustaría encontrar alguna otra antes de terminarse el curso, para enriquecer nuestros puntos de vista.
    Ánimo Paul, Maira, María, Yulieth y los demás.
    Para empezar, el Señor Faciolince, nos sorprende con su 'sagrada' pluma. Esta vez lo hace con un matiz de humanidad inusitado según los comentarios que podemos leer de otros colegas suyos, estudiantes de medicina y hasta paisanos de quienes viven a diario esta mutación del alzheimer, entre enfermos y parientes.
    Si en algo debe insistir la formación de quienes hacen parte del gremio de la salud, es en la ÉTICA con la cual viviran la relación terapéutica con sus pacientes y, de ello podemos constatar aquí una muestra fiel a través de esta crónica.
    Sin ser parte ni juez, da la impresión que no todas las profesiones hacen hincapié dentro de su formación en tal ética, según claro está, su propio enfoque formativo y el campo de acción al que se direccionan. Mirado desde esta perspectiva, creo que la crónica nos sirve también para preguntarnos por ese factor educativo que debe motivarnos a hacer de nuestra formación un conjunto integral no aislado de nuestra condición humana.
    Mi padre nacido allí, en el lugar que da nacimiento a esta crónica conservó su total lucidez hasta sus 62 años, al momento de su muerte en 2006. Eso me tranquiliza un poco, pero no me hace menos susceptible, sus genes vienen de allá, luego también corro el riesgo de ver a la genética actuando. Espero, sin embargo seguir narrando y evoluacionando, conservando mis facultades mentales hasta el día que el Creador me llame a rendir cuentas.
    Para terminar, siempre me pregunto ¿Hasta cuándo seremos los primeros en darle a nuestro terruño la primacía que merece? No es necesario que el New York Times, de cuenta de esta noticia para que entonces nos apersonemos de nuestra realidad. Debemos ser nosotros mismos quienes consideremos la importancia de los hechos que nos afectan antes que extraños vulneren nuestra cas y ganen en boom publicitario cuando perfectamente podemos hacerlo.
    No podía dejar de señalar mi sorpresa al ver que la crónica aparece en Soho, revista que siempre nos muestra las mujeres más bellas casi como Dios nos trae al mundo, dejando muy poco a la imaginación. ¡Bien por Soho y su Editor!
    Un Abrazo, OLGA

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  2. Buenas tardes Compañeros y fscilitador:

    con el aporte acertado de nuestra compañera olga me gustaria complementar respetuosamente la opinion acerca de lo leido.

    Esta crónica nos deja claro que en un escrito se pueden mezclar evidentemente diferentes tipos de textos, respetando entre ellos el desarrollo secuencial que muestra integralmente el tema a tratar.
    desde distintas posiciones del escrito, el Autor de esta crónica Héctor Abad Faciolince nos entrega una acertada y particular investigación acerca de este tema tan complejo, tanto social como científicamente hablando sobre “el olvido en el olvido”; nos presenta la enfermedad desde lo más vulnerable, profundo y sistemático que la compone, nos presenta la parte humana del ser que la estudia como del que la padece, involucrando el entorno físico y el desgaste emocional de las personas que conviven con ella, que sobreviven a ella.
    Excelente crónica que nos transporta hacia lo moral, hacia la sobrevivencia marginada e inconsciente, no nos deja perder el lazo que une los diferentes temas que la componen, es un escrito fácil de absorber y difícil de olvidar.

    Saludos

    Juliana Sierra

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  3. Buenas tardes Compañeros y Profesor:


    Me encanto la cronica de Hector Abad Facciolince, utlizo un lenguaje, sencillo directo y muy personal. Sentí un gran interés por la impecable narración de los hechos y de ese hermoso municipio de Yarumal que me trae gratos recuerdos ya que tuve la oportunidad de conocerlo cuando vivi en Antioquia.

    Saludos,


    Javier Humberto

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